7 parámetros LEED recomendados para diseñar espacios más sostenibles

      

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La certificación LEED, por las siglas en inglés de “Liderazgo en energía y diseño ambiental”, es el sello de sostenibilidad más importante del planeta. El Consejo de Construcción Ecológica de Estados Unidos (USGBC, por sus siglas en inglés) la creó con el fin de promover la sostenibilidad de las edificaciones en tres ejes fundamentales: diseño, construcción y funcionamiento.

Aunque es una certificación que se solicita voluntariamente y que, por ahora, no tiene beneficios tributarios en la mayoría de los países (Colombia incluida), cada vez son más los proyectos que se planifican y se construyen con la vista puesta en obtenerla. Según cifras del USGBC, en mayo de 2018 había en territorio colombiano 122 proyectos certificados y 229 en proceso de serlo, que convierten a Colombia en el país latinoamericano con mayor cantidad de edificaciones certificadas en sostenibilidad.

El USGBC destaca que las edificaciones con la certificación LEED ahorran un promedio de 25% en energía, 11% en consumo de agua y 20% en costos de mantenimiento, mientras que el valor del inmueble se incrementa en hasta 4%. Además, su obtención el otorga prestigio a los arquitectos y a todos los que participan en el proyecto.

Diseñar edificaciones más sostenibles es parte de los retos a los que se enfrentan los arquitectos de hoy. Los siguientes siete parámetros LEED son una guía útil para diseñar oficinas sostenibles.

1. Gestión de aguas pluviales

La certificación LEED alienta la optimización del manejo de los recursos, incluida el agua de lluvia.

Una correcta gestión de las aguas pluviales evita la erosión y la sedimentación de los suelos. En este sentido, las buenas prácticas de la certificación LEED incentivan el diseño de edificios que incluyan la recolección de estas aguas para ser reutilizadas, normalmente con intenciones no potables para ahorrar los costos energéticos del filtrado. Los usos más comunes son descargar los baños, y mantener y regar jardines y áreas comunes, para lo que se recomienda la instalación de biodrenajes y jardines pluviales.

Asimismo, en lugar de las superficies lisas en techos y pisos, se recomiendan las superficies permeables como los techos verdes (o terrazas ajardinadas), el pavimento poroso y los adoquines. Las áreas impermeabilizadas permiten una mayor escorrentía de agua, que puede contaminarse en su recorrido antes de acabar en el sistema de recolección de aguas de la localidad, en los suelos o en el ecosistema acuático.

2. Reducción del efecto isla de calor

Para disminuir los efectos nocivos de la irradiación de calor producto de factores como la propiedad de absorbencia térmica del asfalto y el uso de aires acondicionados, especialmente en las ciudades, el USGBC recomienda utilizar materiales con alto índice de reflectancia solar (SRI por sus siglas en inglés), cubrir las superficies con vegetación en forma de biodrenaje o instalar equipos para aprovechar las energías verdes.

Los materiales reflectantes emiten menos cantidad de calor, lo que por sí mismo reduce el efecto indeseado de isla de calor. Una menor sensación térmica disminuye a su vez el uso de aire acondicionado.

Los parámetros LEED desalientan el empleo de superficies duras en pisos, siempre que sea posible, y sustituyen el asfalto por el pavimento de concreto. Además, procuran que se provea sombra con vegetación de la zona (preferiblemente preexistente). Si esta sombra no puede crearse con vegetación, la metodología LEED prefiere las estructuras cubiertas con sistemas que generen energías alternativas, ya sea solar, térmica o eólica.

En cuanto al SRI como unidad de referencia, la recomendación es preferir estructuras cubiertas con materiales que generen por lo mínimo 0,28 de SRI el tercer año de su instalación. Pero no todos los fabricantes expresan o conocen ese dato, por lo que se recomienda que el SRI sea de un mínimo de 0,33 al momento de la instalación y que el material se sustituya cuando sea menor de 0,28.

Existe una segunda opción: ubicar bajo sombra un mínimo de 75% del parqueadero, mediante una superficie con un SRI de 0,32 tras tres años de su instalación o con un SRI inicial de 0,39. También se sugiere utilizar tejado vegetativo o cubrir la superficie con sistemas que generen energías alternativas.

3. Reducción del consumo de agua

Uno de los puntos a los cuales LEED presta mayor atención es al uso eficiente del agua, sobre todo en el interior de las edificaciones.

Recolectar y usar el agua de las lluvias disminuye el consumo de agua potable. Aun así, el USGBC promueve la adopción de medidas para optimizar el uso del agua, independientemente de las precipitaciones. Reducir el riego de las zonas verdes es una de estas medidas; también lo es usar materiales de fácil limpieza e instalar equipos de plomería y baño con el sello WaterSense, que pueden ahorrar hasta 15% del agua consumida en un año.

Además, los sanitarios y los urinarios deben tener, como máximo, una línea base de 1,6 y 1 galones (6,06 y 3,78 litros) por pulsación, respectivamente, mientras que los grifos deben suministrar 1,9 litros por minuto (lpm) como máximo.

4. Producción de energía renovable

La producción de energías verdes es otro de los pilares de la certificación LEED. Preferir estas energías o producirlas es uno de los objetivos de los arquitectos de hoy.

El aprovechamiento de las energías solar, eólica, geotérmica e hidroeléctrica reduce el consumo energético y los daños asociados a los combustibles fósiles; además, mitiga los gastos asociados con la generación y distribución de energía eléctrica.

En este sentido, LEED establece su propia fórmula para calcular el impacto de la generación de energía:

(costo equivalente de energía producida por el sistema de energía renovable)/(costo energético anual)=% de energía

Ese porcentaje oscila entre 1% y 10%. Las prácticas más comunes para alcanzarlo incluyen la instalación de turbinas eólicas, la inserción de células fotovoltaicas en las superficies que reciban mayor cantidad de luz solar y el uso de calentadores de agua que funcionan con esta luz.

LEED sugiere adquirir los servicios de energía sostenible de compañías locales, incluso si no se disfrutará de ellos. Esta es una medida simbólica y económica para colaborar con la producción de este tipo de energías.

5. Almacenamiento y recogida de reciclables

Esta práctica es muy importante para LEED y una norma para optar por la certificación. La clave es reducir, reciclar y reutilizar. Por ello se invita a diseñar edificios que dispongan de áreas especiales para que los ocupantes depositen los diferentes tipos de residuos (plástico, vidrio, papel, aluminio y residuos orgánicos). También se debería pensar en un lugar seguro para el almacenamiento de materiales tóxicos o radioactivos, como baterías y bombillos.

Los basureros con cuatro depósitos son los más recomendados, porque permiten dividir fácilmente los desechos, almacenarlos en un solo lugar y evitar la contaminación cruzada.

Así mismo, se incentiva a diseñar complejos que dispongan de áreas especiales para el pesaje, el transporte y la recogida de todos los tipos de residuos por la empresa de aseo urbano.

6. Reducción del impacto del ciclo de vida del edificio

Con respecto al ciclo de vida de las edificaciones, LEED establece diferentes opciones según las situaciones que podrían presentarse al construir o hacer remodelaciones mayores. Estas son:

  • Reutilización de edificios históricos

Esta opción implica mantener la estructura, el envoltorio y ciertos elementos estructurales de un edificio histórico o que se encuentre en un distrito o zona considerada como histórica. El edificio debe figurar en una lista oficial de lugares históricos, ya sea distrital, regional o nacional.

La demolición total o parcial no es vista con buenos ojos, salvo dos excepciones: peligro inminente o daño estructural que afecte la solidez de la estructura. Lo ideal en estándares LEED es que las demoliciones sean aprobadas por los comités locales o nacionales de lugares históricos y que la remodelación o la construcción sigan los estándares locales para que el edificio pueda mantener su condición de histórico.


  • Renovación de edificios abandonados o en ruinas

Para entrar en esta categoría, la edificación debería ser renovada hasta un estado de ocupación productiva tan inmediato como sea posible. La renovación deberá mantener al menos el 50% de la superficie original del edificio. Además, las normas de la certificación señalan que puede ser excluido hasta un 25% de la superficie original si se encuentra en un grado considerable de deterioro o daño inminente.

  • Reutilización del edificio y de sus materiales

La reutilización de los materiales de construcción (ya sea de una edificación diferente o de la misma) es vista con muy buenos ojos para esta certificación de sostenibilidad. Se invita a reutilizar materiales como suelos, tejados, estructuras, paredes, puertas, ventanas y techos, siempre que su estado lo permita.

Esta opción puede ser especialmente recomendable para el diseño de oficinas en caso de mudanza, porque permite reutilizar una gran cantidad de materiales. Esto permite liberar presupuesto para adquirir elementos importantes como el mobiliario de la oficina.

  • Valoración del ciclo de vida del edificio

Las nuevas construcciones y las reconstrucciones o remodelaciones totales o parciales brindan la magnífica oportunidad de reducir su impacto ambiental desde la etapa de diseño del proyecto.

Para ello, LEED valora seis indicadores:

  • Disminución de recursos energéticos
  • Formación de ozono troposférico
  • Acidificación de la tierra y de las fuentes de agua
  • Eutrofización (medida en fosfato o nitrógeno)
  • Potencial de calentamiento global
  • Disminución de la capa de ozono

Muchas son las edificaciones que ya cuentan con estos datos, por lo que, si se trata de una remodelación de oficinas, las disminuciones pueden medirse con una simple comparación de línea base (un antes y después).

Las nuevas edificaciones pueden comparar la proyección del cálculo de estos datos con edificaciones de diseño, población, dimensiones o ubicaciones similares. LEED motiva a apuntar a un 10% de mejoría en estos indicadores y a priorizar siempre la disminución del potencial de calentamiento global.

7. Plan de gestión de la calidad del aire interior durante la construcción

Con el objetivo de fomentar la sostenibilidad, el bienestar y el confort, el USGBC vela por la calidad del aire interior desde la fase preoperatoria de la edificación, para garantizar la salud de los usuarios finales del inmueble.

LEED invita a cumplir con la norma SMACNA 008-2008, un estándar de calidad del aire relacionado con las chapas de metal, los ductos y los aires acondicionados. También insta a que cualquier material absorbente almacenado en el lugar de construcción (como el empleado en las alfombras) sea protegido de la humedad. Incluso prohíbe fumar dentro de la construcción o lo permite solo en lugares ventilados y alejados de ductos y alfombras.

Adicionalmente, el USGBC invita a que los equipos preinstalados no sean utilizados durante el proceso de construcción o sean cubiertos con filtros con un MERV (valor mínimo de respuesta de eficiencia) de 8. El ideal es que los filtros se ubiquen en cada rejilla (entrada, salida y retorno) y que sean cambiados o retirados antes de la ocupación.

Si se siguen estas siete recomendaciones LEED podrán construirse oficinas más sostenibles con prácticas comprobadas internacionalmente. Incorporarlas en cada diseño es la invitación del Consejo de Construcción Ecológica de Estados Unidos y de los prestigiosos arquitectos que ya siguen sus prácticas.

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